Encuentro 2010

Encuentro 2010

Horario de Clases

Tai Chi Chuan / Qi Gong
Lunes y Jueves 20 hs
Estudio en de Florida-Vicente Lopez.
Consultas: 4796 5158

Al Aire Libre
Plaza de los Inmigrantes/ Olivos
Miercoles 10 hs. Valor de la clase $ 20
Desde Abril de 2013 se traslada la clase al Puente Maipu delante de Priscilla- Resto Bar. De ese modo nos aseguramos la continuidad de la práctica durante los meses de invierno y no nos interrumpen las lluvias y el frio ! Los esperamos)

Clase Gratuitas para PAMI
Jardin Botánico. Capital Federal
Viernes 11 hs


sábado, 31 de octubre de 2009

abanicos . la historia

El abanico, o flabelo, para la bailarina, plantea el reto de agudizar la concentración y coordinación, sobre todo en manos y muñecas.

No es sólo un implemento, debe ser integrado como parte de nosotros mismos, respondiendo con su movimiento y sonido a nuestro sentir, expresándonos en él, del mismo modo en que el cuerpo debiera ser el instrumento del espíritu.

Nuestro sol interior se irradia a los demás a través de nuestros gestos, con nuestras palabras, incluso a través de la mirada.
De plumas, de bambú, de encajes, de marfil... y de otros muchos tipos pueden ser los abanicos que desde tiempos remotos han utilizado mujeres y hombres estos útiles instrumentos no sólo sirven para refrescarse en los días más calurosos... también tienen su propio lenguaje ...
...

Hoy en día podemos hablar del lenguaje de los abanicos, un lenguaje que se transmite de generación en generación y que no es fácil de conocer.

Las mujeres se comunicaban con sus enamorados mediante un código secreto que existía en cada movimiento del abanico. Así, si la mujer escondía los ojos detrás del abanico estaba diciendo a su amado que lo quería, si lo colocaba en la mejilla izquierda quería decir "no" y si lo colocaba en la derecha su respuesta era positiva.

El abanico, además de convertirse en un elemento indispensable en la indumentaria de una época, se constituye en un instrumento de comunicación ideal en un momento en el que la libertad de expresión de las mujeres estaba totalmente restringida.

Las damas del siglo XIX y principios del XX iban a los bailes y utilizaban este objeto, que se convirtió en un auténtico parapeto de todo un repertorio que iba desde las sonrisas ingenuas, hasta auténticas declaraciones de amor.